Mañanitos
Existe una ley no escrita en este mundo que obliga a todo geek a comer por lo menos un mañanito en su vida. Esas pequeñas delícias en forma de bollo cubiertas con pepitas de chocolate son capaces de proporcionar toda la energía necesaria para programar durante noches enteras.
Pero detrás de esta obra maestra de la bollería industrial se esconde un secreto, un secreto que hace de los mañanitos un alimento no apto para niños. Este hecho lo he contrastado con diferentes personas en diferentes momentos y lugares, con el mismo resultado en todos los casos.
Cojan un mañanito, muérdanlo un poco y a continuación sórbanlo como si estubieran dando una calada a un puro o cigarro. Notan algo? Si! Notan un sabor extraño verdad? A ginebra quizás?
En efecto! Al sorber el mañanito nos invade un fuerte sabor a ginebra!
Por qué? No lo sé.
Estoy loco? Puede ser.
En otra ocasión os contaré la historia de los frankfuts que saben a polvorón de limón.
PD: No he podido encontrar ninguna referéncia sobre los mañanitos, ni foto, ni descripción ni nada…